jueves, 1 de agosto de 2013

LA HISTORIA DE CHUCHO BENÍTEZ



LA HISTORIA DE CHUCHO BENÍTEZ

La última escena que se recuerda de Christian Benítez sobre una cancha de futbol en México es aquella que muestra a un padre amoroso. Tras ganar el título con América, el Chucho festejó con su familia, con su esposa Liseth Chalá y sus dos pequeños gemelos, Emmily y Cristiano, sobre el césped del estadio Azteca. El delantero ecuatoriano abrazó sin empacho a los suyos mientras sostenía el trofeo plateado que lo acreditaba como campeón del balompié azteca.
Aquellas imágenes dejaban claro que Christian Rogelio Benítez Betancourt, quien nació el 1 de mayo de 1986 en en la Provincia de
Pichincha, Ecuador, era un hombre entregado a su familia y evidenciaban que el goleador no quería que la triste niñez que él sufrió se repitiera con sus hijos.
“Lo tuve en pecho porque la mamá estudiaba en la universidad en Quito (a 288 kilómetros de Esmeraldas, lugar donde vivía la familia) y no queríamos que nadie le fuera hacer algo a mi Christian. La mamá buscó alguien que lo atendiera, pero me opuse”, cuenta Dorcy López, abuela de Benítez, quien se encargó de la crianza del pequeño.
Lejos de sus padres, Rita Betancurt y Ermen La Pantera Benítez, figura histórica en el futbol ecuatoriano -máximo goleador del balompié en ese país, con 191 anotaciones-, Christian tuvo una niñez complicada, con un precaria situación económica, la cual obligó a sus progenitores a buscar nuevos horizontes fuera del país: la madre, licenciada en jurisprudencia, se fue a cuidar ancianos a Italia, mientras su padre se marchó a Estados Unidos a dirigir escuelas de futbol.
“Éramos muy pobres, pero salíamos adelante porque mi abuelita trabajaba muy duro. Criábamos cerdos para obtener dinero. Mi abuelita vendía agua, helados, cosas así para ayudarnos a nuestros estudios. Siempre contamos con su apoyo. Teníamos nuestra casita pequeña, donde vivíamos todos”, recuerda su primo hermano Javier Guerrero.
“Para un niño de seis años es muy difícil la vida sin su madre y su padre. Siempre hemos estado a su lado, dándole cariño y amor, lo primordial que necesita un ser humano”, agrega Javier, quien compartió los primeros años en un humilde hogar en Esmeraldas, Ecuador.
Sin embargo, la redonda le tenía preparado un destino diferente. “Desde pequeño le gustó el futbol. Pateaba todo lo que encontraba a su paso; veía un plato y lo pateaba, veía una botella y la pateaba. Y con el balón quebraba todos los vidrios de la casa en la que vivíamos”, apunta su primo.
En 2002, con solo 16 años, Chucho debutó en el Club Deportivo El Nacional. Benítez se convirtió en la estrella del equipo y fue considerado una promesa del futbol ecuatoriano debido a su talento, velocidad y potencia. Tal situación provocó que varios clubes europeos se interesaran por sus servicios.
Y cuando todo apuntaba a que el Chucho emigraría a Europa, en 2007 se anunció su contratación al Santos Laguna de México; en este equipo consiguió el título del Clausura 2008.
En 2009, Christian Benítez fue fichado por el Birmingham City de la Liga Premier, dando el paso hacia una de las ligas más importantes del mundo y llegando al futbol inglés como una de las estrellas más reconocidas de Ecuador. Sin embargo, el goleador no tuvo la regularidad y en la primera temporada anotó tan solo cuatro goles, por lo que el club decidió no renovar el contrato al ecuatoriano.

Así, en el 2010 el Chucho regresó al balompié azteca para convertirse de nueva cuenta en una de las figuras y referente del ataque de Santos Laguna; incluso en el Apertura 2010 se coronó campeón de goleo. En el 2011, las Águilas de América compraron a Benítez por la cantidad de 10 millones de dólares, convirtiéndose en la transferencia más alta dentro del futbol mexicano.
Con la escuadra azulcrema, el atacante ecuatoriano se consolidó como uno de los mejores delanteros del futbol mexicano. En el Clausura 2012, Apertura 2012 y Clausura 2013, Benítez logró ser el mejor anotador de la competencia y en su último torneo en México levantó el campeonato. En México, Christian jugó en total 174 partidos con Santos y América, y anotó 103 goles.
“Teníamos nuestra casita pequeña, donde vivíamos todos. Siempre vivimos así. La vida fue cambiando, el tiempo fue pasando. Y le damos gracias a Dios que nos iluminó llevándose a Chucho al extranjero. Ahora vivimos un poco mejor. Estamos tranquilos, en paz. Ahora gracias a Christian tenemos nuestras casas propias”, señala su primo Javier.
Hace unas semanas el goleador ecuatoriano se convirtió en el jugador más caro de la Liga de las Estrellas de Qatar. Y es que El Jaish Sport Club pagó los 8 millones de euros en los que está valuado el pase del exdelantero americanista.
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ASÍ ERA LA VIDA DE CHRISTIAN "CHUCHO" BENÍTEZ EN MÉXICO
En una visita que hizo el programa 'Ecuatorianos por el Mundo' en su hogar, el futbolista Christian 'Chucho' Benítez compartió un poco de su tiempo libre para mostrar cómo era su vida en Torrión, México, cuando jugaba en el Santos Laguna. En ese equipo jugó desde el 2007 hasta el 2009, y desde el 2010 hasta el 2011. En el lapso entre los dos periodos se ausentó para formar parte del Birmingham City. 

En esta ciudad mexicana había buscado un espacio para su hogar. Lo tenía a las afueras de Torrión, en el lado oeste, en una cómoda casa de dos pisos, amplios cuartos y una parte para el confort donde tenía una piscina y un espacio para las parrillas, seguramente una de sus comidas predilectas. Pero no como el encocado de pescado, su plato favorito, contó su esposa, Liseth Chalá. Éste lo consideraba su segundo hogar. El primero estaba en Ecuador, manifestó. 

En un rincón de su casa tenía reservado un espacio para colgar las fotos con su familia y con su entonces equipo. "Me han tratado bien desde el primer día en que llegué. Me han apoyado en todo lo que he necesito. Todos me han apoyado en donde he ido". 

Sobre la guerra del narcotráfico, reconoció que era un poco inseguro vivir ahí. "Para evitar todas esas cosas uno no sale", contó su esposa. El exjugador confesó que no va mucho a un centro comercial, por lo que no era un asiduo comprador. Sin embargo, cuando veía algo que le gusta, lo compraba. Le gustaban las marcas caras. Por ello no escatimaba a la hora de darse gustos. 

No contaba sus goles, al menos hasta cuando fue realizado este reportaje, en la segunda etapa en el Santos Laguna. "Cuando uno hace gol, la verdad es que te sientes contento... Cada semana que se juega el estadio, se llena. La verdad, la gente ama a este equipo... Es una responsabilidad contigo mismo, con la gente que te viene a ver. Tratas de que se vayan felices a su casa". 

También mostró el estadio del Santos Laguna. Ahí mostró su vestidor, donde cada uno tiene un televisor para su distracción. "La verdad es que me ha ayudado a tener muchas cosas, no solo en lo futbolístico". Durante su estancia en el país azteca se hizo creyente de la Patrona de México. "La tengo tatuada a la Virgen de Guadalupe. Siempre le enciendo una vela". En su lugar de trabajo también tenía presente a su hogar, pues hay una sala donde cada jugador tiene las fotos de sus esposas y familia. Él también tenía la suya. "Cuando los ves, te motivas", manifestó.

Al momento de ser cuestionado sobre su ingreso mensual, prefirió guardarlo en reserva. "Uno siempre viene desde abajo. La verdad es que pasé muchas necesidades dede pequeño, y gracias a Dios tengo un sueldo cómodo para apoyar a mi familia". No descartaba la idea de invertir en su país en algún momento. "Uno hace un esfuerzo. La verdad, estando fuera de su país uno extraña muchas cosas, pero la verdad es que a mi país no lo cambio por nada de este mundo".


































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